El choque inicial entre los Vigías de la Muerte y la fuerza necrona fue tan calculado como devastador.
Nada más detectar la patrulla metálica emergiendo de una tumba fracturada, los Vigías avanzaron en formación cerrada, preparados para desmantelar cualquier resistencia.
El Veterano Matahordas abrió fuego el primero.
Sus disparos, en ráfagas constantes y quirúrgicamente precisas, impactaron de lleno sobre el Líder Necrón y uno de sus comandantes. Durante un instante, las líneas de código arcano que sostenían sus cuerpos parpadearon, dañadas por la potencia del armamento especializado.
El veterano descargó tres ráfagas completas, que habrían acabado con ambos de no ser por una orden inesperada:
el Líder Necrón emitió un pulso de mando, y un combatiente macrocito se interpuso para absorber el fuego letal. El autómata se desmoronó entre chispazos, salvando a su señor en el último segundo.
Pero el sacrificio xeno no quedó sin respuesta.
El Líder, herido pero operativo, concentró su mirada óptica y devolvió el fuego con precisión mecánica. Los rayos gauss atravesaron el polvo y golpearon al Veterano Matahordas, que cayó finalmente entre haces verdosos, convirtiéndose en la única baja de la escuadra.
Fue entonces cuando entró en combate el Veterano Égida.
Con su escudo tormenta al frente, avanzó implacable entre el fuego gauss que se estrellaba contra el campo protector. Cuando llegó ante el Líder Necrón, descargó su Maza de energía en un arco brillante que fracturó la armadura viva del xeno y rompió su núcleo interno.
El Líder cayó, su cuerpo metálico apagándose como un eco antiguo que por fin encontraba silencio.
Mientras tanto, el Sargento aseguraba el perímetro y, con solemne determinación, alzó el estandarte de batalla sobre las ruinas geométricas de la Necrópolis. Ese gesto señaló el final del enfrentamiento.
La victoria fue total y absoluta.
Los Necrones quedaron esparcidos en fragmentos brillantes. Los Vigías, pese a la pérdida de un hermano, demostraron por qué el Imperio los envía cuando solo la excelencia es suficiente.
Este primer combate deja clara la realidad del Mundo Necrópolis:
Los Vigías de la Muerte han llegado.
Y no habrá tumba que los detenga.
El día 28 de octubre de 2025 a las 10 tuvo lugar la segunda semifinal de la Liga 2: Infestación tiránida. Se enfrentaron los Rastreadores tau de Juan contra los Mántifex de José.
El turno 1 y 2 estuvo dominado por los tau, ya que los Mántifex se mantuvieron bajo tierra y no puntuaron misiones más allá de la misión crítica.
A partir del turno 3, cuando los túneles tiránidos sobrepasaron la mitad del mapa, comenzó la verdadera batalla. Tiránidos gigantescos comenzaron a cargar y masacrar a todos los taus sobre el campo de batalla.
Los rastreadores no podían encontrar un objetivo claro, ya que cuando encontraban un tiránido ya era demasiado tarde para disparar. De cinco tiránidos, sólo pudieron exterminar a dos. Mientras que dos fueron los únicos supervivientes de doce rastreadores.
Victoria aplastante para los Mántifex de José.
El 23 de octubre de 2025 tuvo lugar la primera semifinal de la Liga II: Infestación Tiránida, que enfrentó a Alejandro contra Fran. Hermanos de progenie (Alejandro) se enfrenta en un combate rápido y frenético contra una Escuadra de Exacción (Fran) muy letal a corta distancia y sólida con sus escuderos
Los Hermanos de progenie envían a varios a poner barricadas y vallas de alambre defensivamente para frenar las cargas feroces de los agentes Arbites. En la contraparte Arbites utilizan muchos equipos que le brinda su facción para ser muy agresivos
Estratégicamente los Hermanos de Progenie mandan a dos de sus mejores hombres de avanzadilla para emboscar sin que se percaten los Arbites.
En el primer punto de inflexión hubo repliegue sólido por parte de los Arbites sin embargo H.P. manda a su zapador hacia el punto central que estaba dentro de una fortaleza en el flanco derecho y planta una mina bajo sus pies (la mente colmena le nubla los pensamientos y no teme a nada).
En el punto de inflexión 2 el Culto Genestealer gana la iniciativa , empieza el caos absoluto y los Arbites no se esperan que el zapador haga una acción suicida contra tres de sus operativos en la que muere un operativo arbites y otros dos se quedan a mitad de vida. Por suerte o desgracia el zapador no recibe ningún daño pero ya está a merced en la otra punta del mapa de un Cibermastin de la Escuadra de Exacción. Mata al mensajero en repuesta el perro muere de dos mazazos. En la zona central del mapa el Arbites planta bandera en una zona no muy segura muriendo sin poder asegurar la bandera. Uno de los escuderos lanza una carga cerca del líder Magus sentenciando su muerte por los poderes psíquicos de este. El mismo Magus todavía hace que el francotirador, que, con 1APL menos no pueda desempeñar su papel.
El punto de inflexión 3 es un caos absoluto, sangre y vísceras por todos lados por parte de las dos facciones los más perjudicados los Arbites que se quedan con 2 operativos al final del punto de inflexión la bandera está en posesión de los Hermanos de Progenie y es irrecuperable.
En el punto de inflexión 4 la mente colmena arrasa con todo y un solo operativo Arbite ve como todo su escuadrón a sido masacrado ,se retira con todo su pesar mientras que la mente colmena avanza destrozando toda a su paso.
La Victoria en esta semifinal es para Alejandro.
El domingo 3 de agosto de 2025, la primera semana de la Liga II: Infestación Tiránida, se enfrentaron los Rastradores TAU de Juan contra los Mántifex de Iván, en un Volkus totalmente infestado de biomasa escenográfica que emergía del terreno.
Este Comando de Tau numeroso y tecnológicamente muy avanzado, se mantuvo en su retaguardia todo el tiempo que pudo y alejado de los traicioneros túneles Mántifex.
Un primer punto de inflexión donde todo el comando Tiránido se mantuvo oculto bajo tierra, de tal manera que los Rastreadores pudieron desplegarse libremente y tomar posiciones ventajosas mientras vigilaban con temor el avance de los túneles de los Mántifex.
Los Tau mucho más inteligentes y astutos que los Mántifex tomaron ventaja en los puntos 1 y 2. Un escupeveneno subido a la almena del punto 3 dispuesto a lanzar un ataque concentrado, es alcanzado por las armas Tau convirtiéndolo en moco ácido chorreando por las paredes de las ruinas.
El Granadero de Asalto que cubría el punto 2, se aproxima a la pared de una de las fortalezas en las que se ocultaba un Mántifex Demoledor y lanza su granada fundidora por encima del muro alcanzando y desmembrando al alienígena.
En este punto los Mántifex con dos bajas tuvieron que ponerse las pilas y buscar puntuar en 2 y 3 y solo atacar en momentos de oportunidad. El líder de los Mántifex logró puntuar dos veces en 1 mediante el Ardid de Desaparición Sibilina y su ventaja de LPA. Lograron abatir a unos cuantos Tau en la fortaleza del punto 3 que pretendía ser asediada por los Rastreadores.
La partida finalizó 13-12 a favor de los Rastreadores de Juan.